Broncopulmonar entrega prácticos consejos para combatir virus respiratorio de mayor circulación en las últimas semanas
El metapneumovirus es un virus respiratorio que afecta a los humanos y se cree que provino de las aves, situación similar a lo que ocurrió con la gripe aviar. Es relativamente nuevo y se describió a principios del año 2000, pero se sabe que ha infectado a la humanidad desde hace por lo menos 70 años.
“Metapneumovirus” pese a lo extraño que nos parece su nombre, es el responsable de lo que la mayoría conocemos como “resfrió común” y según los reportes epidemiológicos de las últimas semanas entregados por el MINSAL, es el virus respiratorio de mayor circulación en nuestra región y país. Probablemente usted se haya enfermado en los últimos días o tenga más de un conocido con tos, congestión nasal y malestar general, y es que justamente éstos son los síntomas que presenta la mayoría de las personas que se contagian con este virus. Al respecto, el broncopulmonar del Hospital de La Serena, doctor Yan Carlo Bahamondes hace un especial llamado a la prevención con prácticos consejos y a estar muy atentos a los signos de alerta, especialmente en la población de edades extremas, ya que este virus ataca principalmente a niños menores de 4 años y a personas adultas mayores.
En relación a los síntomas, el especialista detalla que “prácticamente el 100% de los pacientes presentará tos y luego congestión nasal, la que incluso podría llegar a ser abundante; de todas formas, en este cuadro es muy raro tener fiebre, pero en los grupos de riesgo -como personas inmunodeprimidas o trasplantados- podrían presentar un aumento de la temperatura corporal, alcanzando 38 o 39 grados”. Para el doctor Bahamondes una característica muy propia de este tipo de resfrío es la dificultad respiratoria, “hay personas a quienes este virus les provoca lo que se denomina silbidos al pecho, donde uno escucha como un pitito y también pueden presentar la sed de aire, que es la sensación de no poder respirar o que no entra el aire y muchas veces las personas comienzan a abrir las ventanas porque les falta flujo de aire y siente que le cuesta respirar ”, si este fuera el caso, el médico precisa que ésta es una clara señal de que el cuadro se está complicando y la persona debe consultar inmediatamente a un centro de salud.
El metapneumovirus ataca en un 40% a niños menores de 4 años y otro 40% a adultos mayores, por lo que el facultativo agrega a las señales de alerta antes descritas, otras señales para tener presente. “Si el adulto mayor ha esto con síntomas de refrío y a la dificultad respiratoria se le suma el rechazo alimentario, el no querer tomar agüita o presentar decaimiento, la persona podría estar en serio riesgo de deshidratación y eso va agravando la situación; entonces en general, debemos estar muy atentos a los signos que van presentando los grupos de riesgo, sobre todo si el paciente dice que le falta el aire o sus labios o uñas se le ponen de color moradas o azul, esto es un claro reflejo de que le está faltando oxígeno y deben consultar inmediatamente en un centro asistencial”.
Además, el médico de la Unidad de Paciente Crítico Adulto del Hospital de La Serena, explicó que “en un grupo especial de pacientes que son los que tienen factores de riesgo como los adultos mayores o personas que tienen alguna condición que bajen sus defensas, este virus les puede producir cuadros de neumonía incluso una neumonía agrave y terminar en ventilación mecánica”.
El profesional explica que este virus respiratorio tiene la “gracia” de ser muy hábil y logra escapar de las defensas, por lo que su contagiosidad es alta, “generalmente provoca brotes, especialmente en lugares donde las personas están más encerradas o hacinadas, ahí prolifera el contagio fácilmente; por ejemplo, están descritos en las cárceles, en los hogares de ancianos o en zonas donde haya personas vulnerables y hacinadas, basta que uno se contagie y cae el grueso”.
De momento la medicina actual tiene vacunas sólo contra la influenza, por lo que las recomendaciones para el manejo y prevención, son las mismas que aprendimos durante la pandemia. “Al ser un virus respiratorio de alta contagiosidad, este se propaga de persona a persona, ya que viaja a través de micro partículas de saliva que uno produce normalmente cuando hablando, estornuda o se suena”, precisó el doctor Bahamondes.
¿Qué podemos hacer para prevenir su contagio?
El broncopulmonar del Hospital de La Serena destaca que la principal recomendación es el lavado de manos, “porque con eso disminuimos la portación del virus en las manos y junto con ello, el uso de mascarilla en lugares cerrados como por ejemplo en los trabajos, cuando uno usa locomoción colectiva y en los centros comerciales, el llamado es a evitar las aglomeraciones. Y como recomendación, no exponga a los adultos mayores a personas enfermas y evite llevarlos a lugares con mucha aglomeración o que tengan poca ventilación, evite los riesgos y la sobre exposición si no es absolutamente necesario”.
El especialista recalca que, “de momento no existe ningún medicamento para tratar estos virus respiratorios, sino lo se hace es tratar los síntomas y en este contexto la única vacuna con la que contamos es contra la influenza, por lo que es importante vacunarse para evitar coinfecciones que podrían complicar aún más los cuadros”.
¿Cuándo consultar?
La consulta debe ser cuando un paciente ya se encuentre en dificultad respiratoria, explica el profesional, “si yo veo que empieza con estos signos y que aumenta la frecuencia respiratoria como si hubiera hecho ejercicio, incluso nosotros podemos notar que se le marca el cuello, ya que se le estiran los músculos del cuello como si estuviera haciendo fuerza para respirar; lo mismo ocurre en las costillas, si estas se le marcan o hunden y la persona dice que le falta el aire, no quiere comer o esta con fiebre, ese paciente tiene que consultar de inmediato”.
Con respecto a los periodos de incubación, el doctor Bahamondes explica que “van de 3 a 5 días y luego hay que sumarle 3 a 5 días más, que es el periodo de contagio total, entonces uno está contagiando unos 6 días aproximadamente y en general, la recuperación es rápida, a la semana ya está todo resuelto pero la tos podría durar un poco más, los pacientes refieren una tos seca o pegada, y eso en algunos casos podría durar incluso hasta 6 semanas”.