Los siete pecados capitales que atentan contra nuestra salud cardiovascular y cómo combatirlos
Las Enfermedades No Trasmisibles (ENT), como las patologías cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas, diabetes, entre otras, son afecciones de larga duración y lenta progresión. Según el doctor Mario Chiong, Bioquímico y Académico de la Universidad de Chile “éstas son responsables de la muerte de más de la mitad de los chilenos que fallecen en un año y a nivel mundial causan el 71% de las muertes, terminando con la vida de unos 41 millones de personas cada año”.
Desde hace más de tres décadas, las enfermedades cardiovasculares han sido la primera causa de muerte en el mundo, récord que preocupantemente comparten desde hace un par de años con el cáncer; pero ambas enfermedades no transmisibles podrían tener un punto de inflexión, ya que la mayoría de los factores de riesgo que las causan, se relacionan con los estilos de vida de las personas. Por esta razón, las entidades y equipos de salud, hacen un fuerte llamado a la población a mejorar sus hábitos para evitarlas. Y en este sentido, durante agosto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace un llamado a prevenir las enfermedades cardiovasculares bautizándolo como el mes del corazón.
El Hospital de La Serena se suma al llamado, ya que es el centro de referencia cardiológica de la red de salud regional y para conocer más de esta realidad, conversamos con la enfermera supervisora de la Unidad de Paciente Crítico Coronario, Susana Rivera, quien nos comentó que, “desde la pandemia, los pacientes han presentado mayores complicaciones y también han comenzado a llegar personas más jóvenes con patologías coronarias, lo que podría explicarse -en parte- porque la población dejó de controlarse y empeoró sus hábitos durante el confinamiento”.
La enfermera de vasta trayectoria sostiene que es importante educar e informar a la población para que puedan tomar mejores decisiones de salud, de ahí que relata que en un congreso escuchó hablar de los siete pecados capitales del corazón y considera que es un mensaje muy cercano y atractivo, al que le ha ido incorporando información según su experiencia en el área cardiológica y señala que es un útil en toda ocasión, pero en especial, durante este mes.
Antes de comenzar a desglosar los pecados y aprender recomendaciones para combatirlos, es importante entender a qué nos referimos cuando hablamos de las enfermedades cardiovasculares. Los especialistas, las definen como aquellos trastornos o problemas que afectan al corazón y los vasos sanguíneos. Algunas de las más frecuentes en Chile son el infarto al miocardio, el accidente cerebrovascular isquémico, la insuficiencia cardiaca, las arritmias y los problemas en las válvulas.
Las enfermedades cardiovasculares en términos generales, afectan el flujo y la circulación sanguínea, disminuyendo la sangre que pasa de las arterias a los órganos y tejidos, lo que podría causar un ataque al corazón, dolor de pecho (angina) o incluso un accidente cerebro vascular e incluso la muerte.
¿Cuáles son los siete pecados capitales del corazón?
Al respecto, Susana Rivera, explica que “nos referimos a los siete principales factores de riesgo que afectan nuestra salud cardiovascular. En este sentido hablaremos de factores o pecados, que se asocian a patologías y/o a malos hábitos”.
Los 4 primeros pecados capitales son la Diabetes, Hipertensión, Dislipidemia y Sobrepeso u Obesidad. Estos factores de riesgo pueden ser detectados con el EMPA que está en el Programa Cardiovascular que se realiza en la Atención Primaria de Salud (APS) y es gratuito. La enfermera recomienda que “lo primero que debe hacer la persona entre los 18 y 65 años, es acercarse a su CESFAM más cercano inscribirse para realizarse el Examen Preventivo de Salud (EMPA) y si tiene factores de riesgo, lo ingresarán al Programa Cardiovascular para apoyarlo con dieta y otros consejos que apunten a un cambio en el estilo de vida, y si necesita medicamentos ahí también se los entregarán”.
La OMS define diabetes como una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre (o azúcar en sangre) que, con el tiempo, conduce a daños graves en el corazón, vasos sanguíneos, ojos, riñones y nervios. En tanto, la hipertensión se produce cuando la presión de la sangre en nuestros vasos sanguíneos es demasiado alta, lamentablemente es un problema frecuente que puede ser grave si no se trata y no presenta síntomas en un comienzo.
Siguiendo en la línea de los factores de riesgo o pecados capitales asociados a patologías, aparece el tercero de ellos que es el colesterol alto o dislipidemia. “El hígado produce colesterol dentro de su proceso de funcionamiento normal, sin embargo, por causas relacionadas a la dieta o por factores hereditarios, podríamos experimentar un aumento del colesterol en la sangre que se termina adhiriendo a las arterias y con el tiempo, genera aterosclerosis generalizada, es decir, se acumula grasa no solamente a nivel de las arterias coronarias sino que también a en los vasos arteriales de todo el organismo y ésta a su vez, puede generar un infarto al miocardio”, detalló la enfermera supervisora de UCOR. Es importante tener presente que el colesterol elevado puede limitar la irrigación sanguínea y aumentar el riesgo de infartos al miocardio o accidentes cerebro vasculares. Se detecta mediante un análisis de sangre y por lo general no presenta síntomas hasta cuando el cuadro se complica. El tratamiento incluye una dieta saludable ejercicio y algunas veces medicamentos.
La enfermera del área cardiológica del hospital serenense explica que, lamentablemente, los factores se van complementando unos a otros, complicando o disminuyendo el riesgo, según sean nuestros hábitos y conductas. En relación a los pecados capitales vinculados a nuestros hábitos, aparece el cuarto factor de riesgo que es el sobrepeso u obesidad, “como población, hemos pasado de la desnutrición de hace algunas décadas, a una mal nutrición por exceso, como es la obesidad que afecta a tantas personas en Chile y el mundo, por lo que hemos sumado un nuevo factor de riesgo cardiovascular”. Al respecto la OMS define obesidad y sobrepeso como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. Un índice de masa corporal (IMC) superior a 25 se considera sobrepeso, y superior a 30, obesidad. Frecuentemente se asocia a enfermedad coronaria, alteraciones del ritmo cardiaco y la función ventricular y otras patologías.
Susana sostiene que el estilo de vida actual nos ha llevado al quinto pecado capital, hablamos del sedentarismo “es propio de la vida moderna, cada vez hacemos menos ejercicios, caminamos poco, nuestros hijos desde pequeños se acostumbran a pasar largos periodos de tiempo frente a una pantalla, ya sea del televisor, un computador o el celular y esto genera adultos sedentarios”. Expertos señalan que el sedentarismo, favorece la enfermedad cardiovascular y se asocia a mayor nivel de obesidad, diabetes e hipertensión.
El sexto factor de riesgo es el tabaquismo, “no cabe duda que el consumo de cigarrillo produce problemas cardiovasculares y respiratorios, en este punto hago un llamado a los padres o cuidadores, para que reflexionen respecto de sus hábitos, ya que, si nosotros fumamos, les estamos dando una señal equivocada a los niños, incentivándolos a que también lo hagan”. El consumo de cigarrillo pasivo y activo genera una hipercoagulación, aumenta el trabajo cardíaco, vasoconstricción coronaria, altera el metabolismo de los lípidos entre otros problemas. Aumenta la probabilidad de que se formen trombos o coágulos, lo cual tiene un efecto sumatorio con los otros factores de riesgo y puede bloquear el flujo de sangre al corazón y al cerebro.
Por último, se menciona el estrés, como el séptimo pecado capital para nuestra salud cardiovascular. “Esto es altamente nocivo porque nos lleva a producir hormonas que nos mantienen en alerta, incluso impidiendo el ciclo regular del sueño, y esto nos puede conducir hacia una hipertensión y, por otro lado, si estamos estresados solemos calmar los nervios comiendo o fumando, cuando atravesamos cuadros de ansiedad. Por lo tanto, acá vemos cómo se van superponiendo los factores de riesgo complejizando la condición de las personas”, precisó Susana.
¿Cómo los combatimos?
Controle sus índices de glucosa. Padecer diabetes duplica el riesgo de muerte debido a una enfermedad cardiovascular, por lo que mantener un nivel adecuado de azúcar en la sangre es crucial. Lleve un control de la presión arterial regularmente, dado que al principio no hay síntomas aparentes, es importante medir la tensión, ya que es la única manera de saber exactamente si los niveles son altos o no. Aliméntese en forma saludable.Existen diferentes consejos nutricionales a tener en cuenta para mantener una dieta saludable para el corazón, consuma cantidades adecuadas de alimentos y favorezca el consumo de frutas, verduras y agua. Integre proteínas con bajo contenido de grasa como pollo, pescado y pavo, legumbres o huevos. Evite la comida “chatarra” y reduzca el consumo de sal y bebidas azucaradas.
Nuestro equipo de salud recomienda realizar actividad física regular. No es necesario que sean actividades de alta intensidad, sino ejercicios como salir a correr, caminar o en bicicleta. La OMS recomienda que los niños de 5 a 17 años practiquen ejercicio físico durante al menos 1 hora al día. En cambio, se aconseja que los adultos realicen un mínimo de 2 horas y media de ejercicio moderado a la semana. Si es con intensidad, entonces puede ser de al menos 75 minutos semanales. Las personas que no hacen actividad física suficiente, tienen entre un 20% y un 30% más de probabilidades de morir prematuramente que aquellas que lo hacen.
No fume. Se estima que la exposición a productos derivado del tabaco es responsable del 10% de todas las muertes ocasionadas por enfermedades cardiovasculares en el mundo. Cuidado con el estrés. El estrés contribuye a comportamientos que pueden incrementar el riesgo de problemas cardiovasculares, como fumar, tener una mala alimentación y hacer poco ejercicio físico. Haga deporte, pase tiempo con amigos y familiares, duerma bien, al menos 7 a 9 horas en la noche. Tenga un pasatiempo que le agrade.
¿Cuáles son los síntomas del infarto agudo al miocardio?
Los síntomas de la enfermedad cardiovascular pueden ser diferentes entre los hombres y las mujeres, estos pueden ir desde el dolor de pecho, dolor opresivo “como que le comprimen el pecho”, dolor localizado en la zona donde queda la corbata (angina de pecho), falta de aire, dolor en la extremidad superior izquierda (brazo izquierdo), dolor en el cuello, la mandíbula, abdomen superior (en la boca del estómago) o en la zona alta de la espalda. Esto también puede ir acompañado de náuseas y sudoración que los pacientes refieren como “transpiración helada”.
“Si tiene algunos de estos síntomas en forma aguda, consulte a su centro de salud más cercano. Realícese el EMPA y si presenta alguno de estos factores de riesgo cumpla las indicaciones que le den y en caso de tener un diagnóstico de diabetes y/o hipertensión, siga su tratamiento. Y si no tiene nada de lo anterior, recuerde que muchas formas de enfermedades del corazón pueden ser prevenidas o tratadas manteniendo un estilo de vida saludable”, concluyó Susana Rivera, enfermera Supervisora de la Unidad de Paciente Crítico Coronario del Hospital de La Serena.